La procrastinación y la precrastinación son dos comportamientos que pueden afectar nuestra eficiencia y bienestar emocional.
La procrastinación implica posponer tareas, mientras que la precrastinación se refiere a querer hacer todo hoy.
Ambos comportamientos están relacionados con nuestras emociones y pueden tener un impacto negativo en nuestra productividad y bienestar.
A continuación, exploraremos las diferencias entre procrastinar y precrastinar, las características de cada una y estrategias para manejarlas.
Índice del artículo
¿Qué es la procrastinación y la precrastinación?
La procrastinación y la precrastinación son comportamientos que afectan nuestra forma de abordar las tareas y compromisos en nuestra vida diaria.
Aunque suenen similares, representan en realidad dos enfoques opuestos en la gestión del tiempo.
La procrastinación es la tendencia a posponer o aplazar tareas importantes a pesar de ser conscientes de las consecuencias negativas que esto puede acarrear. Es dejar para después lo que podría o debería hacerse de inmediato, creando un ciclo de demora y postergación constante.
Por otro lado, la precrastinación implica adelantarse en llevar a cabo una tarea de manera rápida, a menudo sin haber hecho el análisis adecuado. Es una tendencia a querer terminar de inmediato las tareas, incluso si ello implica no utilizar adecuadamente el tiempo ni dedicar el esfuerzo necesario.
La procrastinación y la precrastinación representan enfoques extremos en la gestión del tiempo y pueden tener implicaciones negativas en nuestra productividad y bienestar emocional.
Ambos comportamientos están influenciados por factores emocionales y cerebrales, pero difieren en la forma en que abordamos las tareas.
Cómo detectar si procrastino o precrastino
Debes analizar si tienes alguno de estos comportamientos.
Características de la procrastinación
- Posponer tareas importantes: En la procrastinación, tendemos a evitar o retrasar la realización de actividades relevantes debido a la falta de motivación o temor al fracaso.
- Postergación de decisiones: Las personas que procrastinan tienen dificultades para tomar decisiones y tienden a evitar compromisos.
- Falta de planificación: La procrastinación está asociada con la falta de una planificación estructurada o el establecimiento de metas claras.
- Estrés y ansiedad: La postergación puede generar estrés y ansiedad al acumular tareas y enfrentar las consecuencias negativas de no cumplir con los plazos establecidos.
Características de la precrastinación
- Realización rápida de tareas: En la precrastinación, tendemos a realizar las tareas de manera inmediata, incluso antes de que sean necesarias o prioritarias.
- Impulsividad: Las personas que precrastinan a menudo toman decisiones rápidas sin una consideración exhaustiva de todas las opciones disponibles.
- Falta de análisis: La precrastinación puede implicar completar las tareas de forma apresurada o sin el análisis y la reflexión adecuada.
- Riesgo de mala planificación: Al priorizar las tareas de forma prematura, existe el riesgo de una planificación deficiente y la necesidad de revisar o modificar el trabajo realizado anteriormente.
El impacto emocional de procrastinar y precrastinar
Tanto la procrastinación como la precrastinación tienen un impacto significativo en nuestras emociones y bienestar general.
Estos comportamientos pueden generar altos niveles de ansiedad, frustración y estrés, lo que a su vez afecta nuestra capacidad para cumplir con nuestras responsabilidades y compromisos.
La procrastinación, al posponer tareas importantes, tiende a generar una sensación de culpa y preocupación constante.
El conocimiento de que tenemos pendientes importantes que no hemos abordado puede generar una sensación de pesadez emocional y una disminución de nuestra autoestima.
Además, el estrés crónico asociado a la procrastinación puede llevar a trastornos de angustia, depresión e incluso enfermedades crónicas.
Por otro lado, la precrastinación también puede generar un impacto emocional negativo. Realizar tareas de manera rápida y sin un análisis adecuado puede generar una sensación de agobio y ansiedad constante.
La urgencia perpetua de completar tareas puede llevar a una mala planificación y a la toma de decisiones apresuradas, lo que puede generar insatisfacción y arrepentimiento.
Ambos comportamientos pueden conducir a ciclos negativos de estrés y ansiedad, afectando nuestra salud emocional y nuestra capacidad para llevar una vida equilibrada.
Es importante reconocer los efectos de estos comportamientos en nuestra calidad de vida y buscar formas de abordarlos de manera efectiva.
Causas de la procrastinación y la precrastinación
La procrastinación y la precrastinación son comportamientos que muchas personas experimentan en diferentes áreas de su vida, como el trabajo, los estudios o las responsabilidades cotidianas.
Estos comportamientos pueden surgir debido a una serie de causas y factores que influyen en nuestra forma de manejar el tiempo y nuestras tareas.
1. Falta de autocontrol: La falta de autodisciplina y control sobre nuestras acciones puede llevarnos a procrastinar o precrastinar. La incapacidad para establecer prioridades claras y mantenernos enfocados en las tareas importantes puede ser un factor determinante.
2. Baja tolerancia al estrés: Diversas investigaciones han demostrado que las personas con una baja tolerancia al estrés tienden a procrastinar más. El miedo al fracaso o la presión de cumplir con expectativas altas puede generar ansiedad, lo que nos empuja a posponer o a realizar tareas rápidamente sin un análisis adecuado.
3. Falta de habilidades de planificación y gestión del tiempo: La incapacidad para establecer metas claras, organizar el tiempo de manera efectiva y gestionar las tareas de forma adecuada puede llevar a la procrastinación. Una mala planificación puede generar la sensación de estar abrumados y nos lleva a posponer nuestras responsabilidades.
4. Miedo al cambio: El miedo a lo desconocido o a salir de nuestra zona de confort puede llevarnos a aplazar tareas que implican cambios o decisiones importantes. Esta resistencia al cambio nos puede llevar a procrastinar y evitar enfrentar las situaciones que nos generan temor.
5. Baja motivación intrínseca: La falta de motivación interna o de interés hacia una tarea puede hacer que procrastinemos. Si no encontramos un sentido o satisfacción personal en lo que debemos hacer, es más probable que lo pospongamos en busca de actividades más placenteras o gratificantes.
6. Baja autoeficacia: La falta de confianza en nuestras propias habilidades y capacidades puede llevarnos a procrastinar. Si no creemos en nuestra capacidad de cumplir con una tarea o alcanzar nuestros objetivos, es más probable que la evitemos o la pospongamos.
Estas son solo algunas de las causas más comunes de la procrastinación y la precrastinación.
Es importante tener en cuenta que cada persona puede tener sus propias razones para procrastinar o precrastinar, y es fundamental identificar esos factores individuales para poder abordarlos de manera efectiva.
Diagnóstico del Problema:
La principal diferencia radica en el timing; mientras que la precrastinación lleva a una acción temprana, la procrastinación resulta en la evasión de la tarea.
Trucos para detectar si tienes este problema:
- Registro del Tiempo: Mantén un registro de cómo y en qué gastas tu tiempo durante una semana.
- Identificación de Patrones: Identifica si tiendes a precrastinar o procrastinar en ciertos tipos de tareas o en ciertos momentos del día.
- Consulta con Expertos: Si es necesario, consulta con un coach de vida o un psicólogo para obtener un diagnóstico profesional.
Soluciones y Estrategias:
- Para los Precrastinadores:
- Divide y Vencerás: Divide las grandes tareas en tareas más pequeñas y manejables.
- Elimina obligaciones: Si tienes la agenda llena de obligaciones personales y laborales, quítate cosas. Desapuntate de lo innecesario.
- Reserva tiempo para ti: Añade huecos en la agenda diaria entre tarea y tarea. No saltes de lo laboral a lo personal sin un descanso. Reserva horas del día para tumbarte, escuchar música, leer…
- Técnicas de Relajación: Practica técnicas de relajación como la meditación y el yoga para manejar el estrés.
- Rebaja tus expectativas: No quieras hacer tanto. Posiblemente haciendo menos cosas seas más feliz.
- Para los Procrastinadores:
- Pon fechas: Si tienes una idea, ponle una fecha y así será un objetivo.
- Lista de Tareas: Divide ese objetivo en tareas cortas. Crea una lista de tareas con fechas límite realistas y cúmplelas.
- Haz la primera: No pienses en el paso 2. Haz hoy el paso 1. Así mañana ya habrás dado un paso.
- Técnica Pomodoro: Utiliza la Técnica Pomodoro para dividir tu tiempo de trabajo en intervalos manejables.
Conclusión: El primer paso para superar la precrastinación y la procrastinación es reconocer el problema.
Con las estrategias adecuadas, puedes encontrar un equilibrio que te permita aumentar tu productividad, reducir el estrés y mejorar tu calidad de vida.
Otras estrategias para manejar la procrastinación y precrastinación
La procrastinación y la precrastinación pueden ser comportamientos difíciles de manejar, pero existen estrategias efectivas que pueden ayudarte a superarlos y aumentar tu productividad. Aquí te presentamos algunas recomendaciones para gestionar de manera más eficiente tus tareas y evitar caer en estos patrones:
- Identificar tus patrones de postergación y anticipación: El primer paso para cambiar estos comportamientos es reconocer cuándo y por qué tiendes a procrastinar o precrastinar. Analiza las situaciones en las que te encuentras más propenso a realizar estas conductas y reflexiona sobre los factores desencadenantes.
- Priorizar y organizar: Aprende a reconocer cuáles son las tareas verdaderamente importantes y dales prioridad. Utiliza métodos de organización, como listas de tareas o calendarios, para tener una visión clara de tus responsabilidades y evitar sentirte abrumado.
- Crear rutinas y hábitos saludables: Establecer rutinas para realizar ciertas tareas puede ayudarte a evitar la tentación de procrastinar. Asegúrate de tener hábitos saludables, como dormir lo suficiente, hacer ejercicio y mantener una alimentación equilibrada, ya que estos factores también influyen en tu capacidad para mantener el enfoque y la motivación.
- Establecer recompensas y consecuencias: Asigna recompensas a ti mismo por completar tus tareas a tiempo y establece consecuencias para cuando procrastines o precrastines. Por ejemplo, podrías darte un pequeño premio después de finalizar una tarea importante o establecer una consecuencia negativa, como no permitirte hacer algo que disfrutas hasta que termines tus obligaciones.
- Buscar apoyo y accountability: Comparte tus metas y compromisos con alguien de confianza, como un amigo, un familiar o un compañero de trabajo. Esta persona puede servir de apoyo y ayudarte a mantenerte responsable de tus compromisos, lo que te motivará a cumplir con tus tareas y evitar procrastinar.
- Busca ayuda profesional si es necesario: Si sientes que tus comportamientos de procrastinación o precrastinación están afectando significativamente tu vida o tu bienestar, considera buscar la ayuda de un profesional, como un psicólogo o un coach. Ellos podrán brindarte herramientas específicas para enfrentar estos desafíos y ayudarte a cambiar tus hábitos de forma más efectiva.
Consejos para mejorar la gestión del tiempo
La gestión del tiempo es crucial para mantenernos organizados y productivos en nuestro día a día. Aquí te presentamos algunos consejos prácticos para aprovechar al máximo tus horas:
- Prioriza tus tareas: Identifica las tareas más importantes y urgentes y empieza por ellas.
- Establece plazos realistas: Define fechas límite realistas para tus actividades y evita sobrecargarte de tareas en el mismo periodo de tiempo.
- Utiliza herramientas de planificación: Utiliza aplicaciones o agendas físicas para planificar tus actividades y recordatorios.
- Elimina distracciones: Evita las distracciones como redes sociales o correos electrónicos innecesarios mientras te enfocas en tu trabajo.
- Delega tareas: Si es posible, delega tareas en otras personas para aliviar tu carga de trabajo y mejorar la eficiencia.
Por cierto, según la RAE no existe la palabra precrastinar. Quizá la palabra no exista, pero el problema sí y darle un nombre nos ayuda a solucionarlo.